Hemos sido creados a Su imagen, pero nuestros pecados nos hicieron errar al blanco, nuestras transgresiones nos llevaron a excesos, nuestras rebeldías nos alejaron de Su cuidado, y nuestras iniquidades aún afectan nuestras generaciones reproduciendo lo torcido.
Nuestra identidad ha sido distorsionada, nuestra autoridad y reposo han sido robados
“Restaura mi alma, Me guía por sendas de justicia por amor de su Nombre.” (Salmos 23:3)
“Yo, la Luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en Mí no permanezca en la tiniebla.” (Juan 12:46)
Si frenamos por un momento y entramos en Su reposo, permitimos que sea Su luz y Su voz la que nos guíe.
Al detenernos, podemos escuchar y el Padre con sus cuerdas de amor nos atrae hacia Él
A medida que nos acercamos, Su luz va en aumento, Su voz se va haciendo más clara, y su Su preciosa presencia nos envuelve, entonces comienza a moldear nuestras vidas, porque hemos vuelto a la mesa del alfarero en SUS MANOS Y CUIDADO.
Es allí donde Él restaura el daño y comienza de nuevo a crear el diseño que preparó para nosotros.
“y os habéis vestido el nuevo que está siendo renovado hasta un conocimiento pleno, conforme a la imagen del que lo creó,” (Colosenses 3:10)
“Porque YHVH restaurará la gloria de Jacob y la gloria de Israel, Aunque devastadores hayan devastado, Y destruido los vástagos de su vid.”(Nahum 2:2)
En Sus manos, pasamos de nuestra vieja naturaleza y somos renovados en una nueva criatura, tal como Jacob fue transformado en Israel. Todas las cosas son hechas nuevas y somos renovados a la imagen del Varón perfecto.
Entremos juntos a Su reposo, dejemos que Su voz, Su amor, Sus manos, Su mirada nos restaure dejándonos mejor que nuevos.